Espacios Naturales
RUTA PANORAMICA DE LA VECILLA
Discurre por amplias pistas de reforestación, siendo de muy escasa dificultad.
Va flanqueada, por el norte, de los impresionantes accidentes del Cueto Ancino y la Peña Valdorria, visibles en todo momento, lo que da contrapunto al paso sosegado de esta excursión.
Arranca en el mismo pueblo de La Vecilla, cruzando el casco urbano hacia el barrio de la Estación, en dirección a Campohermoso.
Se cruza la carretera a la altura del paso a nivel de FEVE, tomando a la izquierda un camino que cruzará el arroyo de Aviados.
Se asciende por una pista en buen estado a través del valle de Remuñón, hasta llegar a un amplio cortafuegos situado a nuestra izquierda, lo tomaremos continuando hasta encontrar la encrucijada de caminos situada en la cota a 1.275 m., disfrutando en este punto de unas vistas privilegiadas del municipio de La Vecilla y la Cordillera Cantábrica al fondo.
Giramos a la izquierda por el camino de Pengaos que descendiendo nos conducirá directamente a La Vecilla.
Las coordenadas de esta ruta, que mantiene siempre a la vista el río Curueño en su huída hacia el sur, son las siguientes: La Vecilla > Campohermoso > Camino de Las Corollas > Collado de Tres Pandos > Camino de Pengaos > La Vecilla.
Son 9,740 kilómetros, con un desnivel total de 263 metros, y recomendable en todo tiempo, cuya belleza y serenidad rescata al río su apelativo del olvido.
RUTA DE LA PLUMA
Se denomina así por ser una excursión que transita por los cuatro pueblos del municipio, donde se establece esta singularísima industria de la cría de gallos de pluma para la pesca.
Ya hemos hecho mención a la inexplicable cualidad de este epicentro, cuyo vértice parece situarse en La Vecilla.
Los pueblos circundantes participan de esta inusual virtud de convertir las plumas de los gallos en una mágica irisación.
Más adelante de estos dominios, las plumas regresan a la opacidad habitual, pierden tersura o mimetismo, se confunden en la vulgaridad de la planicie, abandonando lo singular que las convierte en tan apreciadas.
Su trazado se inicia en La Vecilla.
Toma el Cordal de Las Corollas desde donde se admira la división de valles que encajonan el Torío al oeste, y el Porma al este, arropando al Curueño que corre paralelo por el centro del valle.
Unos kilómetros más adelante, en lo alto del monte, se abre a la izquierda el viejo Camino de Labaseco, que conduce a Sopeña, pueblo más meridional del municipio.
En Sopeña hay que admirar, entre otras cosas, los restos de La Nogalona, árbol totémico que preside la aldea.
Luego se torna al norte, para cruzar La Cándana, sin olvidarse del homenaje que tiene allí La Dama de Arintero, con dos escudos heráldicos y otros aditamentos a la leyenda.
Un poco más y ya llegamos a La Vecilla, al punto de partida.
Son, en total, 20,0 kilómetros de ruta, que necesitan toda una tarde para los pies, con solo 2,0 kilómetros de asfalto, entre La Cándana y La Vecilla.
Casi cuatro horas, si la realizamos en bicicleta o a caballo.
TRAVESIA A LUGAN
Es participe activo en esta ruta que se propone, parte del paisaje del vecino municipio de Vegaquemada.
Es, por lo tanto, unidireccional, pues tiene su salida en La Vecilla y punto de llegada en el pueblo de Lugán.
La excursión ofrece una excelente observación de la confluencia de los dos municipios que comparten el Cordal del Valle de Carabedo.
Su longitud alcanza los 15,0 kilómetros, y unos escasos 188 m. de ascenso y 250 de descenso nos indican la suavidad de la marcha y el hecho de que Lugán se sitúa algo más bajo que La Vecilla.
Toda la ruta se circunscribe a la parte sur de la Calzada Romana, aún visible en algunos tramos, y sigue la dirección siguiente: La Vecilla > Sopeña de Curueño > Camino del Valle de Carabedo > Lugán.
No tiene pérdidas ni desperdicios.
Solo dejarse llevar por la untuosidad del paisaje que vierte a los dos ríos hermanos, su fondo vegetal lleno de vida con las especies típicas de este terreno donde se sueldan monte y llano, pájaros, flores, hongos, fuentes y todas las posibles gradaciones del verde.